Médicos y familiares solo esperaban que diera su último aliento
A finales de 1981, Joe Arroyo se encontraba en la cama de un hospital con un peso corporal muy bajo luego de haber sido encontrado en grave estado de salud por un problema de tiroides.
Su deteriorada salud lo llevó a pesar 42 kilogramos, duro tres meses en estado y constantemente sentía fiebre y malestares en el cuerpo.
Inclusive, aseguró Joe Arroyo que cuando estuvo en estado de catalepsia, es decir, dejó de moverse y la respiración disminuyó, esperando solo la muerte, pero estando aún vivo.
“Los médicos le dijeron a mi mamá que ya yo estaba muerto, y yo lo escuché claramente, pero en ese momento me levanté”.
Años más tarde, ya recuperado, el centurión de la noche dio a conocer que en esos momentos en que le mostraron que lo periódicos lo daban por muerto, llegó a confundirse, pues al estar en tan mal estado de salud, su mente no identificaba si estaba vivo o muerto, si era un sueño o la realidad.